La virginidad es un constructo social. Sin embargo, lleva tanto tiempo arraigado en nuestra sociedad y cultura que es una pregunta frecuente. Así pues, deja que te hable un poco de las supuestas condiciones físicas y psicológicas de «ser virgen».
La virginidad como invento de la religión
Quizá de momento no creas en mis palabras, pero te digo desde ya que la virginidad no existe. Nadie es virgen ni nadie le debe nada a esta etiqueta que solo sirve para oprimir y estigmatizar. En una sociedad donde el conteo de cuerpos te valida o desecha, la virginidad tiene un papel demasiado importante y, a la larga, su único resultado es una generación llena de dudas y miedos (bueno, más de una).
Entonces, mi intención con este post es quitarte algunas de estas dudas y miedos que, a la larga, no te sirven de nada. Pero quiero dejarte claro desde el principio que este post no está motivado ni por creencias ni por datos. Solo quiero presentarte una pregunta que quiero que te respondas a medida que leas el resto del post: ¿de qué sirve la virginidad?
El himen
No sé muy bien por qué motivo ni a quién se le ocurrió empezar a hablar de virginidad. Quizá como una forma más de tortura al sexo femenino, ¿qué se yo?. La cuestión es que en muchas religiones y culturas diferentes, la validez de una mujer depende de su capacidad para sangrar la primera vez que tenga sexo con su marido.
Este sangrado se produce ante la rotura del himen, una membrana que tapa en parte la entrada de la vagina. De la misma forma que cada vulva es diferente, el himen tres cuartos de lo mismo. Aquí en la imagen adjunta comparto algunas categorizaciones de parte de la ciencia.
Sin embargo, existe algo llamado «himen complaciente», que es cuando esta piel es lo suficientemente elástica como para no romperse ante la penetración de la vagina. Paradójicamente, cuando hay excitación sexual y las relaciones se dan de forma relajada, el himen puede no romperse. Aquí una serie de datos para aclarar las cosas:
- El himen, aunque se rompa, no desaparece.
- Un himen roto se convierte en un pellejo o una arruga en la entrada de la vagina.
- Tener el pensamiento de que el sexo va a doler, tensa la musculatura y no ayuda a que la excitación vuelva los genitales elásticos.
Dicho esto, asociar la virginidad a la pureza de una persona, como si fuera una garantía o el cierre de un precinto que te dice que es un objeto completamente nuevo… pues huele a rancio. Y más con la certeza de que el sexo anal existe y de que el clítoris puede dar muchísimos orgasmos. La penetración no es un validante del sexo ni la única forma de practicarlo, por qué deberíamos asociar meter algo en la vagina como forma de «estrenarse».
El frenillo
Por supuesto, el sexo masculino se libra de la opresión de la virginidad desde el punto de vista físico en casi todo el mundo. Puesto que sé que en algunos países se considera la rotura del frenillo (la piel que conecta el glande y el prepucio) como una demostración de «haberse estrenado».
Aquí otra lista de frases para que pienses en ello:
- El frenillo está ahí para sujetar el prepucio en su sitio.
- Un frenillo roto duele muchísimo, y puede sangrar.
- Una cicatriz puede convertirse en una zona de hipersensibilidad o, por le contrario, volverse insensible.
Virginidad psicológica
Por supuesto, dejando de lado las supuestas «muestras físicas» de que ya no eres virgen, para muchísimas personas la virginidad es algo intangible pero que arrastras hasta que tienes sexo compartido. Esto se aplica a personas del mismo sexo, por ejemplo. También se considera virgen a las personas que no tienen experiencia sexual o que se sienten un poco perdidas.
Sin embargo, a la larga la virginidad hace aguas por todas partes. Si el frenillo no tiene que romperse, el himen puede no romperse, el sexo anal existe y la masturbación también… ¿Qué uso tiene la virginidad? Vamos a decirlo a la vez: NINGUNO.
Miento. Sí que tiene un uso la virginidad: para maltratar, acosar o difamar a una persona. Porque el body count (conteo de personas con las que has tenido sexo) se utiliza actualmente para marcas lo bueno que es un ‘hombre’ (cuanto más, mejor) o lo mala que es una ‘mujer’ (si es muy alto, mal). Pero ya te digo que no tiene mucho sentido porque con alguien tienen que haber follado esos machos alfa para aumentar su contador.
Ser virgen como reclamo morboso
Otra utilidad de la palabra «virgen» está en la pornografía, donde se utiliza para marcar personas que no han tenido sexo nunca (falso) y lo hacen por primera vez frente a las cámaras. Quien busca este tipo de pornografía lo hace con el pensamiento de que una persona virgen lo va a sentir todo con más intensidad y que le harán lo que la otra persona quiera.
Dicho todo esto, espero haber aclarado un poco tus dudas acerca de la virginidad y, ojalá, elimines esa palabra de tus adjetivos utilizados con personas. Virgen es el aceite.