El kanamara matsuri o, lo que sería en español, el festival del pene de metal, es una festividad de Kawasaki (Japón) que se celebra el primer domingo de abril. Esta celebración sintoísta coincide con la Pascua y muchas otras festividades relacionadas con la fertilidad y la primavera alrededor del mundo. ¿No te pica la curiosidad?
Un demonio en la vagina
Cuanta la leyenda que un demonio de dientes afilados se enamoró de una virgen joven y hermosa. Esta pobre mujer, al contraer matrimonio, no sabía que un demonio se había instalado en su vagina; así que al intentar consumar estar nupcias el demonio cortó con sus afilados dientes el pene del hombre.
Sin embargo, la mujer no cejó en su empeño y se volvió a casar. Por supuesto, volvió a pasar exactamente lo mismo y la pobre joven se vio sola para toda su vida.
Mas un herrero de la zona, al oír su historia, hizo uso de sus artes para crear un pene de metal que introdujo en la vagina de la mujer. El demonio, al intentar morderlo, terminó perdiendo todos los dientes y huyó. De esta forma el herrero derrotó al demonio y, además, encandiló a la mujer.
Esta leyenda, además de otros símbolos y tradiciones se aúnan cada año en esta festividad que bendice a sus participantes en el matrimonio, la fertilidad o el éxito en la vida.
Protección para las prostitutas
Este pequeño templo de madera albergó durante años un gigantesco pene de metal (más o menos de un metro de alto), y comenzó a celebrar sus festivales en el período Edo (siglo XVI). Por entonces, las prostitutas de la ciudad veneraban aquel pene en busca de protección contra las ETS.
El festival
Sin embargo, luego pasó a ser un festival para parejas y mujeres en busca de hijos. La fertilidad acaparó el festival hasta que, hoy en día, ambas se juntan en un festival curioso y lleno de diversión.
Los tres penes
La cabalgata, el evento principal de Kanamara Matsuri, consiste en la procesión de tres grandes penes.
Estos van metidos en mikoshi (en la imagen), tapados o al descubierto; y cada uno representa un colectivo y una idea.
Primero, un gran pene negro llevado por hombres y mujeres que avanzan cantando y bailando en una celebración de fertilidad.
El segundo, un gran pene rosa llevado por travestis vestidos del mismo color. Este pene es llevado para protegerse de las ETS.
Por último, el protagonista de la festividad. El gran pene de metal es llevado por más de cincuenta hombres que avanzan o retroceden a gritos para honrar este magnífico pene.
Caramelos de la fertilidad
Hay muchos recuerdos en el festival. Tablillas de deseos (como la de la imagen principal), comida en forma de pene (verduras), gafas pene y demás. Sin embargo, siempre me han llamado la atención los dulces en forma de pene que venden.
Y ahondando un poco en el tema me he encontrado con que hubo un tiempo en el que eran setas en forma de pene las que se asaban y comían en la festividad (no he encontrado el nombre exacto de la seta).
Así que siento curiosidad en cuándo se cambió a los caramelos. ¿Fueron los japoneses los primeros en hacer caramelos de genitales o el resto del mundo los tiene gracias a ellos?
Además, hoy en día también hay genitales femeninos de caramelo. Quizá por igualdad, o para que los hombre heterosexuales no tuvieran que chupar un pene ni dar ideas equivocadas.
La lucha contra el VIH
Lo último que me gustaría decir sobre esta festividad es que hoy en día los fondos recaudados no van al templo que lo celebra (aunque seguramente sí una parte para el mantenimiento de los penes); sino que se destinan a la lucha contra el VIH y otras enfermedades sexuales.
La ironía de la fiesta
Así que puedo decir con mucho orgullo que esta fiesta está muy bien montada. Es divertida, ayuda a la gente a expresarse y lucha contra uno de los mayores problemas de la sexualidad actual.
Lo cierto es que los que conozcáis un poco sobre la cultura japonesa no os sorprenderéis de que exista esta festividad. Al fin y al cabo, Japón es mundialmente conocido por el contenido erótico del anime y el manga, así como de la cantidad de parafilias, fetiches y juguetes que se comercializan.
Sin embargo, este festival toma cada vez más importancia en la sociedad japonesa por todo lo contrario. La tasa de natalidad decrece año tras año y el 36% de los hombres solteros de entre 18 y 34 años nunca han tenido relaciones sexuales. Así que no es extraño que, durante estas fiestas, las mujeres tomen la delantera y pidan a gritos los penes de verdad mientras lamen estos fálicos dulces.
Fotos: Takanori, TAKA@P.P.R.S