Las sexdolls suelen venderse como la materialización de todas las fantasías de la persona que la compra. En general, todas las sexdolls tienen apariencia de mujer y su estética bebe directamente de las «fantasías masculinas» (que no son pocas). Así, ¿puede una mujer comprar una sexdoll que satisfaga sus necesidades? ¿Existen acaso sexdolls para mujeres? Deja que te lo cuente en este artículo.

Llevo ya un tiempo en contacto con muchos juguetes sexuales. Soy una persona curiosa y me enorgullezco de ser de «mente abierta». Así, cuando conocimos la tienda Silicon Girls en el Salón Erótico de Barcelona 2022 nos alegró muchísimo encontrar una serie de personas que venden muñecas pero no caían en los estereotipos que hacen que muchas mujeres odien la idea de que existan las muñecas sexuales. De ahí que hayamos decidido colaborar con ellos de ahora en adelante, como por ejemplo con este artículo.
¿Por qué las mujeres odian las sexdolls?
Así como suele pasar con el porno, donde la mujer se muestra como un ente pasivo, objeto del placer del hombre; con las muñecas sexuales pasa exactamente lo mismo. Y quizá esta cosificación de la mujer sea la que despierta tantos recelos, aunque yo lo achaco a la falta de educación sexual (como casi todos los problemas relacionados con la sexualidad hoy en día).
Yo misma me he encontrado, al hablar de sexdolls en el canal de youtube, como muchos hombres hablan de las muñecas sexuales como en sustituto perfecto de la mujer con frases tipo «solo falta que les enseñen a cocinar y limpiar». Bien, mi respuesta habitual a este tipo de comentario es de alegría. Porque si este tipo de hombre se agencia una muñeca, ninguna mujer tendrá que soportarlo.
A la larga, el problema nunca está en el producto, sino en la persona que lo compra. Si tú creas un producto que vende y te da dinero, la verdad es que te importa bien poco cómo sea la persona que compra ese producto. Es más, si ves que vendiéndolo de X forma vende más, por qué no hacerlo.
De ahí que las muñecas sexuales se vendan en su mayoría de una forma tan machista. Y la consecuencia es demonización del producto. Sin embargo, tampoco creo que pudieran venderse de otra forma. Más adelante, cuando hable de por qué las sexdolls «masculinas» no se venden, te lo argumento.
Sexdolls masculinos… ¿o femeninos con pene?
Entonces, eliminamos de la «cartera de clientes» a todas las mujeres que ven las muñecas sexuales como enemigas de la mujer. ¿Qué público nos queda? ¿A los fabricantes les interesa ese público? ¿Lo han estudiado? Seguramente no si miramos de cerca las sesiones de fotos que les hacen a los muñecos sexuales masculinos.
Pero como no estás aquí para hacer tus propias investigaciones, ya te explico yo lo que he encontrado con las mías.
El primer problema que veo en los sexdolls es que les falta atractivo facial (el de la foto es de los más guapos que he visto). Son rostros que se ven demasiado sintéticos, poco atractivos e incluso algunos son cabezas «femeninas» colocadas en cuerpos masculinos.

Por supuesto, si como mujer te interesan las mujeres seguro que encuentras una que encaje con la estética que más te guste, pero si te interesan los hombres…. Ahí lo tienes más difícil.
Ahora mismo no voy a compartir ninguna fotografía explícita de los muñecos, pero la gran mayoría de ellos, además, tienen un pene que da miedo (y no en el buen sentido). O muy de plástico, o demasiado gigantesco, o parece un muñeco Ken al que le han pegado un dildo. Todo esto, en resumen, corta el rollo y hace que el producto pierda atractivo.
Macho-macho men
El segundo problema que veo está en las fotografías de los muñecos. Si buscas en internet «sexdolls para mujeres» solo vas a encontrar muñecos que te venden con unos personajes estereotipados. Esto en sí no es malo, pero sí el tipo que escogen: machos dominantes.
Al fin y al cabo, son sexdolls y la persona que compre una tendrá que hacer todo el trabajo: colocar en posición, moverte, limpiar, cuidar… ¡Es un juguete sexual tamaño persona!
Entonces, ¿a qué viene venderme el típico gladiador dominante o el chulo-playa si luego soy yo la que se lo va a follar? Ninguno. Si me vendieran un mayordomo complaciente, un maridito que me quiere lamer los pies o un uke mazado y pasivo… Creo que me parecerían más atractivos. ¿A ti no?
Con las muñecas «femeninas» no tienen ese problema porque ya las venden como pasivas. Alguna sí que la venden como dominante pero en realidad es un estereotipo BDSM que, a la larga, es solo un objeto para el placer de quién la compre. Así, pues, a las marca les falta cambiar el enfoque.
Y, por si fuera poco, al ser dominantes tienen que ser altos y esto les mete mucho más peso. No se tú, pero yo mover 60 kilos de peso muerto lo tengo difícil y eso que yo mido 1’73 y peso 74.
El estigma social pesa más
El tercer y último problema está en que, aún en pleno siglo XXI (decir esto ya es que me provoca la risa) la sexualidad de la mujer permanece como algo pasivo e imposible. «Quizá alguna se ha comprado un satisfier de esos, pero luego no lo usan». Desgraciadamente, se sigue pensando que las mujeres tienen menos deseo y son menos activas en el sexo.
Y si juntamos esto al hecho de que comprar una muñeca está mal visto, si eres una mujer ya es que estás echada a perder. Ojalá no fuera así pero, ¿qué quieres que te diga? El «qué dirán» a veces pesa más que tus propios deseos.
Por supuesto, yo tengo dos muñecas femeninas y no me avergüenzo de decirlo, pero la gente se lo toma bien porque es mi trabajo. Ni siquiera piensan que puedo hacer uso de ellas cuando me dé la gana, porque, claro, es impensable.
A la larga, lo importante es trabajar en tu interior y pensar en si de verdad vale la pena dejar de hacer o comprar algo que te gusta por un constructo social. Así que si te interesa comprarte un sexdoll, piensa realmente en lo que importa (tamaño, peso, atractivo, cuidados…) en vez de en otras gilipolleces.
Sexdolls para mujeres: un mercado en auge
En resumen, una mujer puede comprar una sexdoll si le da la gana. Si le interesan las muñecas femeninas, lo tiene fácil; pero si le interesan las masculinas lo va a tener más difícil para encontrar algo que le llame o le guste.
Yo creo, de verdad, que la oferta de sexdolls masculinas poco a poco irá hacia el buen camino. Solo necesitan un cambio de perspectiva y mucha gente disfrutará de estos juguetes (y no solo para la masturbación).
Aprovecho que has llegado hasta aquí y te voy a pedir, si eres mujer, que me hagas esta pequeña encuesta sobre sexdolls para mujeres. ¡Es para un proyecto en el que estoy trabajando!